El taller de impresión tipográfica, hoy en día, nos sirve para experimentar y explorar las formas de las letras de una manera táctil. Para una edición limitada de carteles empezamos a jugar con las mayúsculas de un san serif geométrico hasta que nos dimos cuenta que, con algunas letras, se podían crear partes de una nueva tipografía; poniendo las letras en dos líneas y trabajando con el interletrado, era posible crear palabras y frases cortas. A primera vista parece ilegible, pero cuando uno pilla el juego, puede empezar a descodificar el mensaje.